Maquinaria Eléctrica

Patricio Siggelkow
septiembre 29, 2020
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Paulatinamente la operación de maquinaria pesada comienza a estar libre de emisiones. Los costos de adquisición en comparación con los modelos de motor de combustión se compensan con positivos costos de operación y mantenimiento.

Reducir los costos de energía, reducir las emisiones de CO2 y la contaminación acústica: con estos objetivos en mente, es casi imposible evitar pensar en la incorporación de máquinas y vehículos eléctricos en la construcción. Especialmente en sitios de construcción urbanos, las máquinas de construcción pequeñas y compactas y los dispositivos con accionamientos eléctricos pueden reducir significativamente el impacto ambiental.

Después de unos años, la brecha de costo total desaparece

A menudo, la lógica de adquisición falla cuando se comparan a corto plazo las variables operativas de motores de combustión con las variables de motores eléctricos. Entre los principales argumentos se encuentran: muchos modelos eléctricos no almacenan suficiente energía para una jornada laboral completa, y la infraestructura del lugar de construcción a menudo sólo permite que las baterías se carguen de manera limitada o no se carguen en absoluto. Otro argumento, muy negativo en la fase de adquisición, son los costos de adquisición considerablemente más altos para las máquinas eléctricas.

Es cierto que el suministro de electricidad requiere una flexibilidad diferente al llenado de un estanque con combustible líquido, de manera simple y rápida, según sea necesario, en cualquier momento y en cualquier lugar, pero también es falso que las máquinas de construcción eléctricas tengan un costo mucho mayor que los modelos Diésel.

Depende del tipo y capacidad del almacenamiento de energía instalado. Las baterías modernas de plomo, por ejemplo, pueden almacenar mucha menos energía que las baterías de iones de litio, pero también cuestan mucho menos.

En consecuencia, el rango de costos adicionales de adquisición para una máquina de construcción eléctrica en comparación con la versión diésel, dependiendo del dispositivo de almacenamiento de energía instalado, varía desde un 20 por ciento a dos veces y media más. Independientemente de esto, los modelos eléctricos tienen bajos costos de energía y mantenimiento. Dependiendo de la duración y frecuencia de uso, los costos operativos totales (adquisición, operación, mantenimiento y reparación) son, por lo tanto, más bajos a largo plazo.

Emisiones y Situación Actual

El sector industrial en particular representa aproximadamente una quinta parte de las emisiones mundiales de CO2, lo que ha comenzado a motivar que todos los involucrados contribuyan a la protección del clima. Es así como ya es posible conocer que empresas mineras se plantean reducir sus emisiones de CO2 en un 30 por ciento para 2030 . Para esto es que la construcción de nuevos equipos eléctricos de diversas capacidades está en pleno desarrollo.

Por otra parte, muchos empresarios ya han comenzado, por convicción propia, a abordar el electrizante tema de la maquinaria y equipos de construcción silenciosos, con pocas vibraciones y libres de emisiones.

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Pero el mercado requiere tiempo para despegar. En consecuencia, los equipos de construcción eléctricos probablemente seguirán siendo minoría durante muchos años. Aún se requiere mucho trabajo de desarrollo antes de que las soluciones de accionamiento eléctrico se generalicen en la industria de la construcción. Sin embargo, si las empresas constructoras y otros operadores asumen con mayor profundidad su responsabilidad con el clima, el cambio de paradigma podría tener lugar más rápidamente.

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